¿Qué es la lluvia ácida y cómo afecta a tu consumo de agua?

La lluvia ácida engloba cualquier forma de precipitación con elevadas concentraciones de ácido sulfúrico y nítrico. La mayor parte de estas precipitaciones son el resultado de la acción humana, con la quema de combustibles fósiles en las plantas de carbón generadoras de electricidad, las fábricas y el humo de los coches.

Se trata de otro de los efectos de la contaminación, que se producen aproximadamente desde la Revolución Industrial pero se han acentuado peligrosamente en los últimos años. Esta lluvia nociva afecta a la calidad de los suelos, a los seres vivos que habitan en el entorno contaminado y también al consumo de agua.

La lluvia ácida y sus efectos

¿Cómo se produce la lluvia ácida?

La liberación de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno a la atmósfera provoca una reacción de estos gases químicos con el agua, el oxígeno y otras sustancias para formar soluciones diluidas de ácido nítrico y sulfúrico.

El viento la propaga y cuando la lluvia ácida alcanza la tierra puede entrar en los acuíferos y también en los suelos de cultivo.

¿Cómo afecta la lluvia ácida al consumo de agua?

Las precipitaciones de lluvia ácida provocan, en primer lugar, la acidificación (alteración del pH del agua de ríos, arroyos y lagos) con lo que perjudica a todo el ecosistema que los rodea, afectando a animales y plantas. La flora también se ve perjudicada porque la lluvia ácida empobrece los suelos en los que crecen y libera elementos tóxicos como aluminio.

En cuanto a los sistemas de agua potable, también pueden ser contaminados por las sustancias tóxicas que se infiltran en los suelos y conductos. Y es que, la calidad del agua está estrictamente ligada al suelo por lo que puede volverse turbia ante situaciones como la construcción, tormentas, vertidos y otros factores.

Aunque el agua potable está sometida a exhaustivos controles y la lluvia ácida se da especialmente en los lugares con mayor altitud, es recomendable asegurar un agua de calidad.

Es decir, que esté libre de elementos dañinos para nuestra salud, que se pueden acumular en el organismo con el paso de los años. El agua del grifo sin ningún tipo de tratamiento puede provocar que poco a poco se acumulen pequeñas cantidades de sustancias tóxicas en el organismo como el nitrato, mercurio, aluminio, cobre o plomo, cuya ingesta continuada puede derivar a medio y largo plazo en problemas gástricos.

Asegurar un agua de calidad

En este sentido, existen soluciones para mejorar la calidad del agua potable que consumimos en nuestro hogar. Se trata de sistemas de ósmosis inversa, descalficadores y filtros de agua, ideados para eliminar la cal en el agua más dura, evitar los sabores y olores molestos, así como la turbiedad, los virus y las bacterias.

Escoger el sistema adecuado para un hogar es imprescindible para obtener una calidad máxima del agua y, por ello, es necesario el asesoramiento de profesionales como Ordessa, empresa pionera en el tratamiento del agua que te ayudará a decidir cuál es el sistema más indicado para tu hogar.

Consultanos por Whatsapp